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lunes, 1 de octubre de 2012

¿Electrodomésticos potentes?

En ocasiones, el término “potencia” resulta equívoco: por ejemplo, en una tienda de electrodomésticos, cuando un vendedor hace referencia a la “potencia” de este o aquel modelo de aspiradora, seguramente se referirá a su consumo instantáneo de energía eléctrica (que se mide habitualmente en Vatios). Sin embargo, cuando los consumidores pensamos en un aspirador “potente”, lo que nos interesa es su capacidad para limpiar o su “potencia” de aspirado.

Que un determinado aparato tenga más “potencia” del primer tipo supone que, para un mismo tiempo de uso, su consumo de electricidad es mayor, lo que, en principio, no parece una ventaja… Pero con frecuencia ambos significados se utilizan indistintamente, seguramente porque existe la creencia generalizada de que cuanto más potente es un aparato (consumiendo energía) más potente es también realizando la función para la que se ha diseñado (en el caso de una aspiradora, atrapando el polvo y la suciedad).

A lo largo del último medio siglo la potencia eléctrica de las aspiradoras ha ido aumentando progresivamente, desde los 500 vatios típicos de una aspiradora en los años 60 hasta los más de 2.500 vatios de los modelos actuales (lo que supone una potencia mayor que la de 10 televisores de pantalla grande). Sin embargo, expertos en ecodiseño, como Stéphane Arditi (EEB, coolproducts campaign) y Edouard Toulouse (ECOS) consideran que existen escasas evidencias de que ese aumento de la potencia eléctrica (y por tanto del consumo energético) conlleve un aumento proporcional de la eficacia limpiadora. Estos autores explican así la dinámica creada:

Los consumidores y vendedores, atrapados por la falsa asunción de que mayor potencia supone una mejor limpieza y filtrado, a menudo consideran la potencia como el principal criterio de compra. Esto dirige la innovación hacia mayores consumos energéticos en vez de hacia una mejor limpieza y eficiencia energética como debería ocurrir.

El caso de las aspiradoras no es único. Este verano, en plena ola de calor, pedí orientación a un vendedor sobre las características de una serie de modelos de ventiladores que se ofrecían en su establecimiento. El rasgo que siempre resaltaba mi interlocutor para marcar la diferencia entre modelos era su potencia (en vatios). Cuanto más “potente”, el modelo era mejor valorado. Sabemos, sin embargo, que un modelo demasiado “potente” (incluso si la potencia eléctrica se traduce de manera eficaz en potencia para mover aire) no es necesariamente el más adecuado. Si deseamos utilizarlo, por ejemplo, en una habitación de tamaño medio, un ventilador potente levantará un exceso de polvo y resultará, incluso, molesto.

Estas consideraciones plantean un problema práctico al consumidor inteligente: si descartamos la potencia (eléctrica) como indicador para elegir un electrodoméstico ¿cómo elegir el aparato adecuado? ¿Y cómo romper el círculo vicioso que ha llevado a los fabricantes a producir modelos cada vez más "potentes"? Para el citado caso de la aspiradora, la campaña Coolproducts  defiende la necesidad de que la Unión Europea establezca límites de potencia y requisitos mínimos de eficacia limpiadora en aspiradoras. Esto eliminaría del mercado productos excesivamente potentes y de bajo rendimiento y dejaría a los consumidores opciones para elegir un modelo adecuado a sus necesidades. En definitiva, las aspiradoras que se ofrecen en los comercios deberían asegurar un cierto nivel de eliminación del polvo, tanto en alfombras como en suelos, sin exceder un cierto nivel de consumo energético.

Coolproducts también defiende la necesidad de una etiqueta energética que ayude a los consumidores en su decisión de compra: la etiqueta debería informar principalmente sobre el consumo energético del producto, pero también podría premiar las altas eficacias limpiadoras mediante una mención específica.

Mientras los cambios propuestos son estudiados por la Comisión Europea y por la industria, ahí va un consejo: busca las alternativas suficientes y eficientes… que no son, casi nunca, las más potentes.

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